¿Los 150 idiomas o los 150 dialectos de los filipinos?

Vocabulario de Lengua Tagala
Una de las cosas de las que estoy orgulloso es el hecho de que puedo hablar seis idiomas. Estos son, en orden de uso:

Tagalo – mi lengua natal
Inglés – la otra lengua oficial de mi país
Español – la lengua oficial de nuestra orden (la Orden de Agustinos Recoletos)
Francés – mi lengua extrajera preferida
Ilocano – la lengua de mi padre
Cebuano – la segunda lengua indígena más importante de nuestras islas

Aparte de estos seis idiomas, también soy capaz de leer en otros cuatro, y probablemente alguno más.

Para un extranjero (es decir los que no son filipinos) sólo tengo que añadir que es natural para nosotros. Existen unos 150 lenguajes por acá. Y siempre se maravillan como podemos poner más que dos en la cabeza. Y de nuevo les digo que es normal que hablemos más de dos lenguajes. Sólo los que viven en «Katagalugan» hablan dos. Y creo que menos del 2% de la población habla una única lengua.

Pero con mis compatriotas, hay que explicar algo más. Muchos de ellos le dirán que hay que omitir los últimos dos porque no son lenguajes sino dialectos. Y cuando se les pregunta «¿cuál es la distinción entre un lenguaje y un dialecto?», la respuesta siempre será «el lenguaje es la forma de comunicación de un país mientras un dialecto es de una región».

Un poco raro. Porque si seguimos esta definición, ¿cuál entre francés e inglés seria el «lenguaje» de Canadá? Sabemos bien que en Canadá, solo se usa francés en una región que se llama Québec. Y también, ¿por qué tiene Sudáfrica 11 lenguajes oficiales? Si seguimos la definición filipina, habría un problema. Estos idiomas oficiales, aparte del inglés, sólo se hablan en algunas regiones y no por la población entera.

Entonces, ¿por qué se confunden los filipinos? Es porque en nuestras islas, se usan las palabras «lenguajes» y «dialecto» con connotación política. Y aunque los científicos dicen que no son dialectos sino lenguajes, nos negamos a creerles. Ahora nos encontramos con que tenemos una generación joven para instruir y una generación vieja que queremos reeducar.

Pero antes de todo, tenemos que definir un «lenguaje» y un «dialecto». Según el «Diccionario de la Lengua Española» de la Real Academia Española (22ª Edición, 2001) :

Lenguaje. (del prov. lenguatge). m. Conjunto de sondos con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente ║ 2. lengua (║ sistema de comunicación verbal).

Dialecto. (del lat. dialectos, y del gr. διάλεκτος). Ling. Sistema lingüístico considerado con relación al grupo de los varios derivados de un tronco común. El español es uno de los dialectos nacidos del latín. ║ 2. Ling. Sistema lingüístico derivado al otro, normalmente con concreta limitación geográfica, pero sin diferenciación suficiente frente al origen común. ║ 3. Ling. Estructura lingüística, simultanea a otra, que no alcanza la categoría social de la lengua.

Con estas definiciones, podemos decir que todas los lenguajes tienen dialectos. Y tenemos razón. Cada lenguajes tiene dos o más dialectos. El Inglés tiene muchos dialectos. Solo en el Reino Unido, cada ciudad tiene su propio dialecto. Los de Londres no hablan como los de Belfast ni como los de Edimburgo. Sin contar las diferencias entre la diferencia del inglés del Reino Unido y de los Estados Unidos.

Acá, en Filipinas, podemos decir que tenemos 150 lenguajes. No 150 dialectos. Está claro que no son dialectos. Durante los Cursos de Verano del Instituto Lingüístico se nos aclaró la distinción. Hay tres parámetros para comprobar si estas formas de comunicación son lenguajes o dialectos.

La primera, obviamente, es el vocabulario. Los idiomas deben tener un vocabulario suficientemente diferenciado para que podamos considerarlo como lenguajes. En tagalo, se dice «Anong pangalan mo?». Claro que el cebuano no emplea las mismas palabras porque en Cebú se dice «Unsa man ang ngalan nimo?». Ni el ilocano emplea las mismas, ya que dicen «Ania ti naganmo?». Entonces, basándonos en el primer parámetro, podemos decir que son lenguas distintas.

La segunda es la gramática. Deben existir bastante diferencias entre las gramáticas para que podamos considerarlos dos idiomas distintos. En tagalo, se hace el aspecto imperfecto así: bumibili. Se pone -um- entre las dos letras de la primera sílaba y se repite la palabra entera. En cebuano, se dice «mopalit». Se pone -mo- antes de la raiz. En ilocano, se dice «aggatgatang», se pone -ag- antes de la palabra y duplicamos la primera sílaba hasta la primera consonante. En esta categoría, de nuevo podemos decir que son lenguas distintas.

Y la tercera son las otras partes del lenguaje. Sintaxis, cambios morfofonológicos y otros. Por ejemplo, no tenemos «ay» en otras lenguas filipinas. En cebuano, siempre se usa «man»,que no significa nada en tagalo. En ilocano, siempre se usa «ngarud». Tampoco hay una traducción adecuada en tagalo. De esta manera también podemos afirmar que son lenguas distintas.

Si leemos las páginas de la historia de nuestras islas, podemos ver que los curas conocían que los indígenas hablaban lenguas distintas. Gracias a ese conocimiento escribieron la «Gramática de la lengua tagala», «Gramática de la lengua cebuana» y «Gramática de la lengua yloca».

La misma Constitución de 1987 también dice que las demás lenguas filipinas serán oficiales como lenguas auxiliares. Y por eso, ¿porqué aún seguimos confundidos? Como he explicado más arriba tenemos una generación a la que hay que reeducar. Desde hace casi un siglo nos han estado enseñado que hablamos dialectos. Y tenemos que empezar la lucha para dar a estos idiomas el lugar propio que les corresponde en el panteón de las lenguas.

Después de todo, la multitud de diferentes lenguas es una de la riqueza de nuestras islas. Unidad en la diversidad, como dice el lema.


Miembro de la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta en Filipinas y escritor para la Sociedad Bíblica de Filipinas.

Documental sobre filipinos de habla hispana

El profesor Javier Wrana de Madrid viene a Filipinas este domingo, 15 de mayo, con la idea de hacer un documental sobre filipinos de habla hispana.

Wrana va a entrevistarse con filipinos hispano-hablantes nativos, algunos de los cuales ya ha contactado previamente, incluido el director de la Academia Filipina de la Lengua Española correspondiente de la RAE, Don Guillermo Gómez-Rivera, aunque también ha expresado su deseo de ampliar al máximo el número de filipinos hispano-hablantes, con el objetivo de incorporarlos a las entrevistas previas a la realización del documental sobre esta materia.

El documental, que estará patrocinado en parte por Televisión Española (TVE), será rodado por Javier Wrana junto con Javier Ruescas, ambos de la Junta Directiva de la Asociación Galeón de Manila, durante los próximos meses de Septiembre y Octubre. Los lugares elegidos para el rodaje en Filipinas serán Gran Manila, Batangas, Mindoro, Panay y Cebú.

Según fuentes del Instituto Cervantes, existen en la actualidad un total de 3.180.000 personas con una capacidad lingüística del idioma español calificada como suficiente. Esas cifras no incluyen los hablantes de chabacano, que podrían superar el millón de personas. repartidas principalmente entre Zamboanga, Cavite y Semporna en Malasia, donde es idioma oficial.






Debido a que Filipinas fue administrado por el virreinato de Nueva España durante gran parte del período colonial, y a un importante intercambio socio-cultural que pervivió durante más de dos siglos, el español hablado en Filipinas tenía una gran afinidad con el español que se hablaba en México durante el periodo colonial. Sin embargo, cuando las islas pasaron a ser administradas directamente desde España tras la independencia de México y gracias a la implementación de un sistema de escolarización pública durante la segunda mitad del siglo XIX, el español de la Península se extendió mayoritariamente entre la población.

En la actualiddad esa tendencia se ha incrementado incluso más entre las nuevas generaciones de filipinos hispano-hablantes, que prefieren emplear una gramática, fonología y vocabulario más cercanos al español peninsular, algo de lo cual existen numerosos ejemplos, como el uso de vosotros como segunda forma del plural, una pronunciación diferenciada entre la Z y la C, la distinción entre la LL y Y, o el uso de vocablos y modismos institucionalizados tras la reforma ortográfica de 1815. A pesar de todo ello en Filipinas existen numerosas variaciones del español, sobre todo en la pronunciación, la entonación, e incluso en el significado de muchas palabras.

Filipinas se afianza como proveedora de servicios informáticos


La compañía india Tech Mahindra ha anunciado el traslado de sus servicios de atención telefónica a la periferia de Manila. El traslado, que supone un contrato millonario y 600 puestos de trabajo, ha sido publicado con preocupación en la prensa económica india. Como acertadamente explicaba Ángel Villarino en el artículo que aquí reproducimos, "el hecho de que una multinacional del tigre asiático instale sus centros de atención telefónica en Filipinas es como si un restaurante italiano mandase a hornear sus pizzas a Albania".

El caso trasciende lo anecdótico y muestra una tendencia. Empresas como Microsoft, Cisco, IBM, Disney, Warner Bross, Expedia o HSBC han despedido a sus telefonistas y consultores en Bangalore, Nueva Delhi o Bombay para contratar otros en este archipiélago del Sudeste Asiático. Un síntoma claro de que la batalla la está ganando el competidor más pequeño: el filipino, una economía desastrosa que, sin embargo, cuenta con un gran capital humano. Además de ser una de las naciones con menor tasa de analfabetismo de Asia (7%), es el quinto país con más angloparlantes del mundo.

De hecho, algunos estudios (como el IBM´s Global Locations Trend) aseguran que Filipinas ya adelantó en 2010 a su competidor. El ascenso ha sido vertiginoso: la industria ha crecido un 46% desde 2006, la mejor noticia que ha recibido últimamente la maltrecha ex-colonia española. Actualmente, la deslocalización de servicios (un 70% de los cuales son de atención telefónica) genera cerca de 10.000 millones de dólares al año en el país, lo que supone más de un 5% del PIB filipino. Las nóminas de más de 600.000 personas, en su mayoría con estudios, dependen del pujante sector, con sueldos que superan en un 53% la media salarial en trabajos de cualificación semejante, según datos de la Organización Internacional del Trabajo.

La ciudad de Cebú también destaca como proveedora de servicios informáticos, y se ha clasificado como número uno por Global Services-Tholons durante los años 2008 y 2009. La clasificación abarca 50 ciudades a nivel mundial, y afianzan a Cebú como destino de inversión importante en las Filipinas para la industria informática. Tras Cebú se clasificaron las ciudades más grandes de China, Shanghai y Beijing, en segundo y tercer puesto, mientras que Krakow en Polonia, y Ho Chi Minh en Vietnam ocuparon el 4º y 5º respectivamente.
 

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