Noynoy Aquino gana las elecciones presidenciales


Tras casi una década de gobierno ha terminado la era Macapagal-Arroyo. “Noynoy” Aquino del Partido Liberal se afianza como el ganador indiscutible de las elecciones presidenciales y será, casi con toda seguridad, el nuevo presidente de Filipinas durante los próximos seis años (2010-2016). La mayoría de sus rivales ya le han felicitado por su victoria, a excepción de Joseph Estrada, quien decía estar esperando los resultados oficiales definitivos. La presidenta saliente, Gloria Macapagal-Arroyo ha pedido a los filipinos que apoyen al presidente electo, independientemente de su afiliación política.

El senador Benigno “Noynoy” Aquino III, economista de formación y abogado por vocación, es hijo del mítico Benigno “Ninoy” Aquino, asesinado en los años finales del régimen de Marcos, y de la recientemente fallecida, Corazón Cojuangco Aquino, ex-presidenta de Filipinas tras el derrocamiento de Marcos en febrero de 1986 en el movimiento pacífico EDSA, que constituyó un referente fundamental de la democracia contemporánea de Filipinas. Nonoy además viene avalado por una larga trayectoria en la Casa de Representantes, donde ha sido delegado por el segundo distrito de Tarlac y más recientemente en el Senado

El candidato oficial del Partido Liberal a la presidencia había sido “Mar” Roxas, avalado por los históricos del liberalismo, como Jovito Salonga y Franklin Drilon, y por el propio “Noynoy”, que hasta entonces no había manifestado su voluntad de presentarse a los comicios presidenciales. No obstante, Roxas, consciente de la popularidad del hijo de “Cory”, terminó por cederle su candidatura el 1 de septiembre de 2009, poco después del fallecimiento de su madre, en una conferencia de prensa pronunciada en el simbólico Club Filipino, lugar donde Corazón Aquino había sido nombrada presidente 23 años antes. “Noynoy” contó desde el primer momento con una amplia campaña a su favor orquestada por un poderoso grupo de abogados y empresarios. El recuerdo de “Cory” como símbolo frente a la opresión y arrojo frente a las numerosas dificultades en los albores de la V República ha beneficiado enormemente la imagen de su hijo como esperanza frente a los retos del presente.

Durante el desarrollo de esta campaña electoral, Noynoy ha puesto sobre el tapete temas preocupantes que padece el país, como la corrupción y la pobreza. Sin ninguna duda, estos serán los grandes desafíos del futuro presidente, que por encima de eslóganes fáciles o la popularidad de sus apellidos, deberá hacerlos frente conjugando las sinergias del mejor legado democrático con el propósito efectivo de mejorar el gobierno de la nación.



En estas elecciones, además de los cargos de presidente y vicepresidente, se han elegido también los representantes de las dos cámaras del Congreso. Los asientos a ocupar en la Casa de Representantes, o Cámara Baja, son 286, 229 por el sistema ordinario de votación por distrito local, y 57 por el denominado de Lista de Partido. No obstante, para su composición definitiva habrá que esperar un tiempo tras la investidura del primer mandatario. Por su parte, el Senado o Cámara Alta renueva la mitad de sus escaños: en conjunto 12, ya elegidos a nivel nacional, y la otra docena que será renovada dentro de tres años. Los votantes también han elegido más de 17.000 nuevos mandatarios de las provincias, ciudades y municipios de todo el archipiélago, con la excepción de los puestos oficiales de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán.

A pesar de los problemas técnicos con las máquinas de voto electrónico los portavoces electorales han calificado las primeras elecciones automatizadas de la historia de Filipinas como un éxito. La participación alcanzo el 75% entre los cerca de 50 millones de votantes, según datos de la Comisión Electoral (Comelec).

Lamentablemente, estas elecciones tampoco se han visto libres de la habitual violencia política de las anteriores. Durante la jornada electoral se han producido varias explosiones en varios puntos de Mindanao y Lanao del Sur, con un número de muertes de al menos 14 personas. A falta del cómputo total que Comelec verifica al final de todo el proceso, es previsible un aumento del número de víctimas, aunque no se cree que llegue al de pasadas elecciones.
 

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