
Cualquiera que haya sido administrador o dueño de pisos, casas o tierras de alquilar, ha tropezado, ocasionalmente, con el problema usual entre dueños e inquilinos, que consiste en que el inquilino, por alguna razón personal, no pueda, o no quiera, pagar el canon, el alquiler o la renta contratada.
No es infrecuente tropezar con inquilinos que, tras favorecerles en casi todo lo que requieran dentro de lo posible,...