Estados Unidos devuelve campanas de Meycauayan

Estados Unidos ha devuelto a Filipinas dos pequeñas campanas que fueron sustraídas por soldados de las tropas estadounidenses que participaron en la guerra filipino-estadounidense, tras el bombardeo de una iglesia en la localidad de Meycauayan.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores filipino, Raúl Hernández, relató como las campanas fueron encontradas en julio de 2011 por una monja  del convento de las Hermanas de la Misericordia en Omaha, Nebraska. Se desconoce quién entregó las campanas al convento, aunque se cree que debieron ser depositadas allí debido al carácter religioso de los objetos. Una vez averiguada su procedencia, las Hermanas de la Misericordia entregaron las campanas al Cónsul General de Filipinas en Chicago, Leo M. Herrera-Lim, quien puso en marcha los trámites para que fueran devueltas a Filipinas. Herrera-Lim agradeció a la orden religiosa la entrega de las campanas asegurando que el acto ofrecía la "oportunidad para reflexionar sobre este lamentable episodio de nuestra historia y para renovar los lazos que unen a nuestros pueblos". El Cónsul también destacó el hecho de que hubieran sido las Hermanas de la Misericordia los "instrumentos de Dios en este acto de paz y reconciliación".

Oficiales del Gobierno filipino en Manila calificaron las campanas como "tesoros incalculables del patrimonio nacional". Las campanas, que miden aproximadamente unas 10 por 3,5 pulgadas y pesan cerca de cinco libras, serán ahora depositadas en el Museo Nacional de Filipinas, aunque la Diócesis de Malolos ya ha anunciado su intención de reclamarlas.

Otras tres campanas de dimensiones mucho mayores y pertenecientes a la iglesia de Balangiga en Sámar Oriental, siguen siendo reclamadas por el gobierno filipino. Las campanas fueron sustraídas por el ejército de los EE.UU. en 1901 como botín de guerra tras los ataques en represalia a una emboscada de los insurgentes filipinos a las tropas estadounidenses que se saldó con cerca de 50 soldados americanos muertos. En la actualidad una de las campanas de Balangiga se encuentra en una base militar en Corea del Sur, mientras que otras dos están expuestas en una antigua base del Regimiento de Infantería en Wyoming.

 

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