La Policía admite errores durante el secuestro del autobús

La Policía ha reconocido que cometió algunos errores durante el secuestro del autobús en el que murieron ocho de los 25 pasajeros, además del secuestrador, un ex policía expulsado del cuerpo.
"Hemos observado algunas deficiencias obvias en términos de capacidad y de las tácticas o los procedimientos empleados", aseguró el director de la Policía, Leocadio Santiago.
La Policía filipina también ha indicado que representantes gubernamentales de Hong Kong se han desplazado a la capital filipina para supervisar dicha investigación.

El secuestrador, Rolando Mendoza, de 55 años, quien exigía que se le absolviera de los cargos que pesan contra él y ser readmitido en el cuerpo, del que le quedaba sólo un año para jubilarse y cobrar una pensión., fue finalmente abatido por un disparo en la cabeza efectuado por un franco-tirador de la Policía con un arma de precisión.

Según los datos policiales, el ex-inspector Mendoza fue expulsado definitivamente del cuerpo el pasado enero junto a otros cuatro agentes por extorsionar hace dos años al ciudadano filipino, Christian Kalaw, al que exigió 20.000 pesos por permitirle aparcar en un lugar prohibido, conducir sin licencia y consumo de drogas. De acuerdo con el citado informe policial, el ex oficial y otros tres agentes obligaron a Kalaw a tragarse un sobre lleno de metanfetamina hidroclórida

El jefe ejecutivo de Hong Kong, Donald Tsang, criticó la gestión del secuestro: "Es una gran tragedia. El modo en el que ha sido llevada la operación, y especialmente el resultado, lo encuentro decepcionante. Espero que el Gobierno filipino pueda informarme de todo lo ocurrido", señaló Tsang. Todos los edificios oficiales de Hong Kong amanecieron con las banderas a media asta en honor a las víctimas y el  domingo decenas de miles de residentes de la ciudad marcharon en honor de los ocho turistas muertos. Tras el incidente las autoridades de Hong Kong han elevado el nivel de alerta para viajar al archipiélago filipino al grado máximo.

El presidente de Filipinas mientras tanto ha rogado comprensión, y ha ordenado una investigación a fondo sobre el incidente. Sin embargo, el mandatario también rechazó las virulentas críticas que ha sufrido el país por parte de medios estatales chinos.
"Otro aspecto del que creo que no demasiada gente es consciente es que (...), cuando tuvo lugar la acción, el secuestrador se había rendido", afirmó Aquino en conferencia de prensa. "El secuestrador utilizó (a los rehenes) como escudos humanos, lo que provocó que nuestros efectivos dudaran sobre usar una fuerza letal", añadió Aquino.
 

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