Desmembramiento de Filipinas, ¿conspiración o teoría?

La anterior presidente de Filipinas, Gloria M. Arroyo, presionada como de costumbre por los que dirigen la geopolítica estadounidense desde Washington D.C., estaba por firmar un tratado de paz con el MILF cedióndoles grandes porciones del teritorio nacional en la Isla de Mindanao. El caudillaje politico de Mindanao presentó entonces su oposición a ese dañino "tratado de paz" ante la Corte Suprema de Filipinas, compuesta en aquellos momentos precisamente por los mismos magistrados que ahora se encuentran enfrentados a una moción de censura, y quienes declararon que dicho tratado era claramente anticonstitucional. De esta manera la Corte Suprema de Filipinas les dio la razón, sentenciando que no se puede desmembrar el territorio nacional y que la formación de un estado o "sub-estado moro" era anticonstitucional.

El actual gobierno del Presidente B.S. Aquino se encuentra ahora negociando de nuevo con el MILF y para poder cumplir con la promesa de concederles un "sub-estado" le es preciso tener bajo su ferula a todos los magistrados que componen la Corte Suprema de Filipinas. Es por ello que la actual moción de censura contra el Presidente de esta Corte Suprema utilizando a la Cámara Baja, dominada por miembros del Partido Liberal (Liberal Party), no podía haber llegado más oportunamente para dichos propósitos.

La ex-presidente Arroyo fue duramente criticada por su supuesto dominio de la Cámara Baja y el Tribunal Supremo mediante lo que se aseguró era una acumulación de poder de forma extra oficial, una táctica que ahora parece estar también empleando el actual equipo presidencial con el objetivo de controlar de forma absoluta los tres principales ramales del gobierno: la Presidencia, la Legislatura y el Tribunal Supremo. La acumulación de tal poder beneficia claramente a los intereses de los intervencionistas neo-colonialistas estadounidenses, porque de esa manera lograrán la formación de ese sub-estado moro que, a su vez, les permitirá establecer nuevas bases militares en Mindanao bajo una ley orgánica distinta a la que ahora existe en toda Filipinas, y por la que se prohibe la desmembración de su territorio, el establecimiento de bases militares extranjeras o la visita a Filipinas de buques de guerra que porten armas nucleares.

Esas bases militares a establecer, o establecidas ya de forma clandestina en Mindanao según aseguran numerosos informes extra-oficiales, alrededor de algunas ciudades en regiones de Zamboanga del Sur y Sarangani, son hoy por hoy claramente anticonstitucionales. Pero allí están, principalmente se supone para hacer frente al creciente poderío militar de la China continental en Oceanía y en el Sudeste asiático.

A nosotros, individualmente como filipinos, nos parece bien que los Estados Unidos, a pesar de las pasadas nefastas y destructivas políticas neo-colonialistas en Filipinas, establezcan bases en las islas para detener la posible agresión de la China comunista. Aunque el comercio bilateral entre Filipinas y la China continental es, por lo general, deseable, y algo que los filipinos conocemos muy bien desde hace varios siglos durante los cuales se impulsaron los viajes de los galeones de Manila y México, la agresión territorial es otra cosa muy diferente que no se debe permitir, y alguien debe pararle los pies al gigante asiático. Ese alguien, nos guste o no, no puede ser otro que los Estados Unidos de América.

Por un lado, si el establecimiento de esas bases estadounidenses en Filipinas es necesario para la paz en el Pacífico, en el Mar Occidental de Filipinas y el Mar de China, lo que se debe hacer es enmendar la actual Constitución Filipina para que se permitan dichas bases militares extranjeras. Esa enmienda impediría por otro lado que tuviera lugar la desmembración territorial de Filipinas a favor de los separatistas moros, a quienes de todos modos, ya se les ha concedido una región autónoma mediante negociaciones que tuvieron lugar con otro grupo islámico disidente, el MNLF (Moro National Liberation Front). Ahora, simplemente porque se formado otro grupo armado de características similares, llamado el MILF (Moro Islamic Liberation Front), el gobierno filipino no debería ni siquiera considerar la idea de la formación de un sub-estado a costa de los avances conseguidos en una autonomía ya concedida.

Existen numerosas fórmulas diplomáticas que pueden llevarse a la practica para asegurar la defensa del territorio nacional y evitar concesiones ultrajantes que conduzcan al desmembramiento de Filipinas. Obsérvese por ejemplo la manera en que se gestiona la Base Militar de Rota en España, donde mediante convenio se acordó que pese a ser de uso compartido, permanece bajo mando español, y donde sólo ondean la bandera y las insignias de mando españolas, permitiéndose únicamente el uso de la bandera estadounidense en ocasiones muy especiales, como durante las celebraciones de Independencia del 4 de Julio. Una manera de mantener a todas las partes involucradas satisfechas sin renunciar a la autonomía y el orgullo nacional.
 

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