Arranca la campaña electoral para las elecciones locales en Filipinas

Ha comenzado la campaña para las elecciones locales en Filipinas para los aspirantes a más de 17.000 cargos municipales y provinciales. A partir de ahora, los aspirantes tienen 45 días para convencer al electorado de que son la mejor opción para los cargos de congresistas, gobernadores, alcaldías de ciudades y municipios y otros puestos menores a nivel regional.

La campaña electoral local dura exactamente la mitad que la nacional, en la que se eligen al presidente y vicepresidente del país y la mitad de los senadores, y que arrancó el pasado 9 de febrero.

Las Filipinas es una de las democracias con las campañas electorales más excitantes de toda Asia, donde los mensajes políticos se combina con el espectáculo, como se puede apreciar en el vídeo a continuación:


Las autoridades y las fuerzas de seguridad se encuentran en estado de máxima alerta ante posibles eventualidades, sobre todo en las provincias donde en el pasado se han registrado incidentes de violencia, como en zonas de Mindanao, al sur del archipiélago.
"La gente se suele emocionar más en las elecciones locales que en las nacionales, porque los resultados sí pueden provocar un cambio real en sus vidas", indicó James Jimenez, portavoz de la Comisión Electoral (Comelec).

Jimenez admitió que el sistema de voto electrónico, que por primera vez se aplicará en Filipinas, podría elevar todavía más el riesgo de violencia política porque no se podrán manipular las urnas, aunque siga existiendo la posibilidad de comprar votos.

Pese a los esfuerzos de Comelec, las nuevas máquinas han registrado algunos fallos y quizás sea necesario recurrir al recuento manual en cerca de un 30 por ciento de los distritos, según han reconocido las autoridades electorales.

La Comisión Electoral también confía en que policías y militares logren controlar los numerosas milicias privadas que campan a sus anchas por el país a sueldo de caciques y que protagonizan los episodios más sangrientos de cada proceso electoral en Filipinas.
"Históricamente, la violencia aumenta durante la campaña local", señaló el portavoz de la Policía, superintendente Leonardo Espina, quien detalló que hasta la fecha "han sido asesinados 20 candidatos y otros 13 han resultados heridos."
El pasado noviembre 57 personas, entre ellas 30 periodistas, fueron asesinadas en lo que parece ser un ajuste de cuentas entre facciones rivales luchando por el puesto de gobernador provincial en Maguindanao.

La Policía afirma que ha acabado con un tercio de los grupos de mercenarios, pero las organizaciones de derechos humanos denuncian que la mayoría continúa operando sin problemas, mientras la prohibición de llevar armas en público, vigente desde principios de año, se mantendrá hasta el 9 de junio, un mes después de la votación.

Entre todos los candidatos, aparte de la propia presidenta Arroyo, que se presenta por su feudo en la provincia de Pampanga, hay otros dos que destacan sobre el resto aspirantes a congresista.

El primero es el boxeador e ídolo nacional Manny Pacquiao, que intentará por segunda vez ser elegido diputado, esta vez en Sarangani, Soccsksargen, de donde es oriunda su mujer, y junto a su región de origen en Mindanao. Si lo logra, Pac-Man probablemente colgará los guantes y se retirará de los cuadriláteros, donde recientemente acaba de retener el título de campeón mundial del peso ligero ante Joshua Clottey.

Por su parte, la ex primera dama Imelda Marcos, de 81 años, luchará por un escaño en el Congreso por Ilocos Norte, la provincia natal de su marido Ferdinand Marcos, que gobernó Filipinas con puño de hierro entre 1965 y 1986. Si lo consigue, alcanzaría también inmunidad parlamentaria por si el próximo inquilino del palacio presidencial de Malacañang es Noynoy Aquino, hijo de Corazón y Ninoy Aquino, la pareja que acabó con la dictadura de Ferdinand Marcos en 1986.


La ONG Transparencia Internacional ha calculado que el clan Marcos amasó ilegalmente una fortuna de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares durante los años en los que se mantuvo en el poder. En 1986 dieron comienzo los trámites para devolver a Filipinas parte del dinero escondido por la familia Marcos en Suiza. Tras 17 años de procesos judiciales el gobierno filipino recibió finalmente 658 millones de dólares, que fueron destinados a financiar la reforma agraria y a pagar compensaciones a las víctimas de las persecuciones del dictador.

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