Si el púgil de 31 años vence a Clottey y resulta elegido ocho semanas después, como apuntan todos los pronósticos, va a tener una muy difícil tarea tratando de equilibrar su asiento en el Congreso con los meses de entrenamiento intenso necesarios para mantener su podio.
"No lo sé, pero todavía puedo pelear" aseguro el miércoles Pacquiao, mientras le vendaban los puños en un atestado salón de entrenamiento.
"Boxear es diferente a hacer política. La política tiene que ver mas con el servicio... Quiero ser un buen servidor público, quiero ayudar a la gente"
El promotor Bob Arum asegura comprender los motivos que impulsan al boxeador al servicio público, ya que el mismo trabajó como abogado en el Departamento de Justicia durante el gobierno de Kennedy. Pero la determinación de Pacquiao de convertirse en legislador en este preciso momento, cuando se encuentra en la cúspide de su carrera deportiva ha dejado perplejo al hombre que ha dirigido al púgil desde que era un desconocido.
"No puedo entenderlo. Intenté disuadirlo con mucha cautela en esta ocasión. Sé que allegados a Pacquiao también lo intentaron, pero está decidido a hacerlo"declaró Arum
Si el boxeador asiático es elegido tras su combate en Dallas, el entrenador Freddie Roach y Arum se han resignado a la posibilidad de que la combinación de las responsabilidades políticas de Pacquiao podrían mantenerlo fuera del ring durante algún tiempo, quizás permanentemente, con lo que sus esfuerzos por lograr una megapelea contra Floyd Mayweather puede que nunca lleguen a materializarse.
Pacquiao (50-3-2, con 38 KOs), considerado en general el mejor púgil libra por libra del mundo, peleará contra Clottey (35-3, con 21 KOs) en el estadio de los Cowboys de Dallas del fútbol estadounidense, ante una multitud atraída por el magnetismo del filipino y unos precios razonables en los boletos, una circunstancia esta última que agrada en particular a Pacquiao, quien surgió de la extrema pobreza hasta llegar al pináculo del boxeo. Pacquiao vendía rosquillas en las calles de la Ciudad General Santos, donde creció, y se vio forzado a abandonar sus estudios cuando cursaba el tercer grado con el fin de poder aportar manutención a su familia.
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