La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas ha pedido la dimisión de la ministra de Sanidad, Esperanza Cabral, después de que su departamento autorizara a repartir condones gratis, durante el pasado 14 de febrero, Día de los Enamorados. En dicha fecha, funcionarios del Departamento de Sanidad entregaron los condones a los ciudadanos en un mercado de flores de Manila como parte de una campaña educativa contra el Sida.
Las reacciones de la influyente jerarquía eclesiástica de Filipinas no se han hecho esperar.
"Es inmoral que alguien en el Gobierno esté promoviendo el uso de preservativos, que como bien sabemos todos no hacen nada para prevenir el VIH y el Sida"indicó en un comunicado el obispo Ramon Argüelles, de la diócesis de Lipa al sur de Manila.
La nota fue firmada por otros dos prelados y colgada en la página web de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, que añadió que Cabral debe renunciar porque ella no es quien para "influir a los jóvenes filipinos".
"Es preocupante porque está amenazada la moral social, sobre todo entre la juventud"señaló Argüelles.
Por su parte, el portavoz gubernamental Gary Olivar intentó quitar importancia al asunto y afirmó que los funcionarios públicos
"deben ser juzgados en función de sus políticas de acuerdo a la ley y no la moralidad de una u otra institución"Para evitar cualquier rumor sobre un cambio en la política sobre anticonceptivos, el director del Centro Nacional para Prevención y Control de Enfermedades, Ed Janairo, aseguró que la iniciativa no quería de ninguna manera promover el libertinaje sexual e indicó que los condones habían sido donados por las empresas DKT y Durex.
Se calcula que la mitad de los filipinos obedecerá los preceptos que les dicte la Iglesia Católica, que ha iniciado una campaña contra una nueva propuesta legislativa sobre planificación familiar que debate desde hace meses el Parlamento, porque rechaza todos los métodos anticonceptivos salvo analizar el flujo cervical durante los días fértiles.
El único caso en el que la Iglesia Católica de Filipinas autoriza el uso de preservativos es en aquellos matrimonios en los que uno de los cónyuges sea portador de enfermedades venéreas o SIDA, para proteger del contagio a la pareja.
Sin embargo, el sexo con preservativo debe ser siempre "el último recurso" y es preferible la abstinencia, según anunció el padre Edwin Carros, portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos. Carros también recordó que la Iglesia sólo permite su uso en estos casos para salvar una vida, la de la pareja del infectado, que tiene derecho a mostrar el amor que le profesa a su cónyuge sin perjudicarla.
La CBPC participó en 2008 por primera vez en su historia en un programa de formación para educadores sobre el VIH y el sida, y ha elaborado un manual educativo sobre el tema:
“Training Manual on HIV and AIDS For Catholic Church Pastoral Workers: Instructional Guide”
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