En un comunicado, la DFA dijo estar "coordinando acciones con el Departamento de Bienestar Social y Desarrollo, el Departamento de Trabajo, así como con la Administración de Trabajadores en el Extranjero ante la posible deportación de estos niños."
Hay más de 36.000 trabajadores filipinos residentes en Israel. La mayoría de ellos trabajan en el servicio doméstico y en la agricultura.
Según la ley israelí, si un trabajador emigrante tiene hijos, debe enviar al niño de vuelta a su país natal si desea conservar su visado y continuar con su empleo. En la actualidad existe un gran número de madres solteras filipinas que han perdido sus visados al haber dado a luz, pero que continúan trabajando ilegalmente en el servicio doméstico.
La Embajada de Filipinas en Tel Aviv aseguró que el ministerio de Asuntos Exteriores israelí "había dado su garantía de que la inminente deportación de los hijos de los trabajadores emigrantes filipinos será tratada de la manera más humanitaria posible". La Embajada ha iniciado diversas gestiones ante el gobierno israelí sobre la deportación de los niños y ha sido informada de que se tratará el asunto "en el mejor interés para los dos países", según afirmó la embajadora de Filipinas en Israel, Petronila García.
García agregó que "la decisión final del comité ministerial israelí sobre la deportación de los hijos de trabajadores extranjeros se encuentra pendiente de aprobación ante el comité interministerial israelí", integrado por altos funcionarios de los ministerios de bienestar social, educación, finanzas, justicia e interior.
Las fuertes medidas de seguridad en Israel dirigidas a los trabajadores palestinos han propiciado un aumento de la población de trabajadores emigrantes, muchos de ellos filipinos, que llenan los huecos existentes en el mercado de trabajo.
Ya a principios de 2009, al menos 36 familias filipinas se enfrentaron a la deportación de Israel porque no cumplían con los criterios jurídicos necesarios para obtener la residencia en el país.
Según varias fuentes no gubernamentales existen por lo menos 1.200 niños de trabajadores extranjeros en Israel en situación irregular, muchos de ellos filipinos, que incluso hablan hebreo en vez de tagalo como su primer idioma.
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