El ataque tuvo lugar unas horas después de la liberación, en la noche del viernes, de dos obreros chinos, secuestrados en noviembre de 2009 en compañía de otro obrero, que finalmente fue decapitado, en la misma isla de Basilan. Los secuestradores reclamaban un rescate de 1,5 millón de pesos (32.500 dólares norteamericanos).
Unos 70 hombres de Abu Sayyaf respaldados por elementos del Frente Moro de Liberación Islámica atacaron las viviendas de la población mientras los lugareños dormían, según informó el comandante regional adjunto de la Policía Sonny David.
"Los lugareños dormían cuando Abu Sayyaf llegó disparando sus armas. No respetaron a nadie, ni siquiera los niños".
Los atacantes incendiaron por lo menos 10 casas con gasolina antes de escapar. Una mujer de 32 años y su hija de uno perecieron en su vivienda a causa de las llamas, agregó el policía.
Los voluntarios civiles asignados a la zona tampoco pudieron hacer nada repeler el ataque, ya que sus armas habían sido requisadas con motivo de la prohibición gubernamental de todo tipo de armas durante el periodo electoral de 2010.
Fuentes militares no descartan la posibilidad de que el ataque fuera una represalia por la reciente operación militar que resulto muerto el líder de la organización terrorista, Albader Parad.
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