El Gobierno de Filipinas ordenó el domingo evacuaciones preventivas en 19 de sus provincias, elevando la alerta de Tsunami a nivel dos y aconsejando a la población que permaneciera lejos de las playas y que informara de grandes olas inusuales en sus zonas, según manifestó Renato Solidum, director del Instituto.
Tan sólo existió una evacuación limitada en algunas comunidades cercanas al mar, donde los funcionarios locales fueron otorgados la autoridad para obligar a los residentes a desplazarse a zonas más seguras.
El Gobierno también movilizó a los 130.000 miembros de la Policía Nacional y varios equipos de las Fuerzas Armadas fueron desplegados en la provincia de Mindanao y en la región de Bicol.
El Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico, con sede en Hawai, ya había levantado la alerta para varios países ribereños del Pacífico, pero la mantenía para Rusia y Japón, donde fueron evacuadas de manera preventiva 120.000 personas, aunque finalmente sólo se registraron olas de 1.20 metros. Sin embargo, las autoridades de Filipinas seguían preocupadas por el riesgo de grandes olas y decidieron adoptar medidas preventivas.
La alerta de nivel 2 se mantuvo hasta las 15.30 de la tarde, durante la cual se advirtió a los pescadores que evitaran salir al mar y que llevaran sus embarcaciones a lugares seguros.
Las olas registradas fueron finalmente mucho menores que las del maremoto de 2004 en el Océano Indico, que causó más de 226.000 víctimas mortales y provocó olas de 10 metros de altura en Indonesia.
En 1976, tras un seísmo de 7,9 grados Richter que golpeó la isla de Mindanao, otro maremoto devastó más de 700 kilómetros de costa, causando unos 8.000 muertos.
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